El Muro Solar
Una alternativa arquitectónica que propone potenciar la energía solar que recibe una pared para convertirla en un sencillo sistema de calefacción

En el contexto de crisis energética y reformulación de lo establecido, podemos encontrar en el pasado soluciones sencillas que nos permitan transformarlas de acuerdo a nuestras necesidades actuales. Muchos de los sistemas de acondicionamiento que hoy tenemos disponibles implican altos costos económicos y ambientales. Sin embargo, desde la arquitectura bioclimática aparecen soluciones sistémicas que adecuan el diseño, la orientación y los materiales disponibles localmente, entre otras instancias, para lograr el confort de las viviendas, minimizando el consumo de energías no renovables y la contaminación ambiental.

Si bien una propuesta de diseño habitacional integral se basa en conocer en profundidad las condiciones climáticas del entorno y no es posible dar recetas universales, existen soluciones válidas y posibles de ser tenidas en cuenta en el momento de definir un proyecto de construcción o reforma. Una de las tantas soluciones disponibles para aumentar la captación de la energía solar renovable y no contaminante, conservarla y distribuirla para lograr condiciones de confort en el interior de una vivienda, es el muro Solar o Trombe, llamado así en honor al ingeniero Félix Trombe que lo impulsó en los años 60.
¿Cómo funciona? Se basa en la captación solar directa y la circulación de aire que se produce por la diferencia de temperaturas. Es básicamente un diminuto invernadero en la pared que, adecuadamente gestionado, entrega calor en los meses fríos y permite mejorar la refrigeración durante los meses cálidos a través una ventilación cruzada.